Todo el mundo sabía que el destino había cargado los dados en dirección al cielo.
Todo el mundo sabía que no verían más mi sombra.
Todo el mundo sabía que volvería al encuentro de mi hogar, reconciliándome con los fantasmas que habitan en la suite del hotel del pasado, extraños invitados a pensión completa.
Todo el mundo sabía que me iría a la búsqueda de un horizonte de hormigón, de un nuevo perímetro, de una nueva década, de otra guerra.
Todo el mundo sabía que miraría los recelos actuales por el retrovisor de un pájaro de alta velocidad. Que abriría un túnel bajo la cordillera de la distancia y del tiempo que me comunicase con quien quiero. A todas horas.
Todo el mundo sabía que tengo las alas ya cargadas de plomo. Y vuelo bajo.
Pero sólo este partisano no sabe nada. Ya no sabe nada.
Y se siente como el personaje de Exotica, de Atom Egoyan, que mira un triste striptease mientras suena esta canción de Leonard Cohen.
2 comentarios:
Todo el mundo sabe que somos portadores de una bandera que cualquiera puede usar de mantel para merendarnos.
Ay mi gran amor, mi kamosisa-niño con sus libritos y su amor de cereales crujientes.Te quiero!
Anita
es bonito encontrar lugares comunes, aunque sean tan ingobernables y pasajeros como la red, aunque no hayan balcones, ni placitas cóncavas, ni se pueda bailar...
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