miércoles, 23 de julio de 2008

1986

Tenía la hermosa edad de 7 años, recién cumplidos, cuando el cohete del Challenger se desintegró en el cielo, lanzando la cabina a 22 km de altura con sus tripulantes vivos, que al parecer no murieron en el acto, sino cuando la cabina cayó al mar. Ese día, se desintegró también mi sueño, compartido con todos los niño de mi edad, de ser astronauta. Y empecé a vivir en la tierra, donde existe la muerte, el miedo y el amor.



Cuando la televisión escupía este anuncio, yo me frustraba de no ser uno de esos atléticos y rubísimos chicos de mi edad, que me recordaban que yo era moreno, desgarbado y gran un patoso para el fútbol. Y seguía soñando con el Challenger, hecho polvo de estrellas. Dicen que somos la "generación Nocilla".



Y hoy, 22 años después, esta canción de Mecano, de ese mismo año, me dice que soy un pesado por pensar en el pasado...

1 comentario:

Max dijo...

Todos tenemos nuestro "Challemger" pendiente amigo.

Gracias por tu paso por mi casa.
Salu2