viernes, 9 de diciembre de 2016

Algarabía

Algarabía nació en un tiempo remoto, pero solo recientemente adoptó forma y estructura de Estado. Sin embargo, algo diferencia la nación algárabe de todas las demás conocidas: su territorio, vasto y complejo, no se extiende en el espacio, sino en el tiempo.

Los algárabes pueblan llanuras peinadas por siglos, se abrazan a días que se repiten todos los días. Sus fronteras naturales no son cordilleras, sino horas encadenadas y minutos cosidos por hilos musicales.

Como no tienen espacio definido, pero sí un tiempo concreto, los algárabes se despiertan todos los días a la misma hora, aunque en diferentes sitios. Se acuestan a la vez, hacen el amor al unísono, se alimentan simultáneamente. Cualquier acto tiene lugar al mismo tiempo para los algárabes.

Como su patria está hecha de tiempo, su identidad es ratos melancólica, a ratos esperanzada.

Cuando miran al futuro, ven que su país es infinito.

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