Leo, después de días de herrumbre, este texto en las paredes del Metro:
El óxido se poso en mi lengua como el sabor de una desapari-
ción.
El olvido entró en mi lengua y no tuve otra conducta que el
olvido,
y no acepté otro valor que la imposibilidad.
Como un barco calcificado en un país del que se ha retirado el
mar,
escuché la huida de los insectos y la retracción de la sombra al
ingresar en lo que queda de mí;
escuché hasta que la verdad dejó de existir en el espacio y en
mi espíritu,
y no pude resistir la perfección del silencio.
Antonio Gamoneda, "Descripción de la mentira".
Estamos para contarnos con los dedos de una mano.
Y para cerrar el puño.
Pero, después de todo, estamos.
Y estamos vivos.
Y estamos fuertes.
Y estamos bien.
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4 comentarios:
Vida, fuerza y bienestar. Vaya triada que enumeras al final y, dado que la enumeras con esa mano y dado que la mano es aquella parte de nuestro cuerpo asociada al hacer, podríamos decir que aquella es una triada que construyes y que encarnas (casi una santa trinidad, pero le quitamos lo de santa, porque eso no pone). Y en el puño la sostienes, la defiendes y la enarbolas, como un estandarte, acaso casi un himno de victoria. Me alegra mucho escucharlo/leerlo. Como dicen los mexicanos, se sufre pero se aprende. Sabiduría popular a la que acotaría, “y se vive y se vive bien.”
Muchos saludos.
Gamoneda es que es lo más. Grandes versos y gran, preclara persona.
Me alegro de haber pasado por tu "casa" y poderte dejar un saludo.
BEING BORING
Me alegra mucho leerte positivo, lleno de vida, de alegría y de fuerza. Como tú eres. Como lo que representas.
Un beso cálido desde Málaga. Tú Málaga.
Gracias a todos. Alimentáis mi fuerza interior cuando más lo necesito. Un abrazo.
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