jueves, 14 de agosto de 2008

Un Atolón

Un atolón es un anillo formado por arrecifes de coral, en cuyo interior hay una laguna, creada por el hundimiento de una isla volcánica. Es, por así decirlo, una isla inversa: brazos de arena coralina de escasa altura, donde brotan cocoteros y palmeras, que envuelven y protegen un mar interior de aguas cristalinas y peces multicolores. 

En oposición a su imagen angelical e inofensiva, los atolones son los archipiélagos más peligrosos para la vida humana: navegación difícil por la proliferación de arrecifes, escasez de alimentos y de agua, abundancia de peces venenosos, tiburones y el capricho tempestuoso del Océano. 

Es la metáfora perfecta de la verdadera Utopía: un lugar casi inaccesible que protege un interior lleno de vida propia dentro de la inmensidad del Pacífico. Una isla al revés, hecha de plantas marinas calcificadas y pretéritas, que ofrece una visión irreal de magnífica fragilidad, pero que constituye el muro separador más sofisticado del universo. 

Y quién dice que, en lugar de irnos a una isla desierta, no queramos refugiarnos en el vientre oceánico de un Atolón. 

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