Según Judith Butler, el género es una construcción social, es decir, en su dimensión relacional, atiende a un conjunto de normas y parámetros que se generan desde la idea básica de la normalidad (y por tanto, de moralidad). Estas normas son interiorizadas por los individuos, que se construyen así binariamente como "mujer" o como "hombre". Las esferas intermedias (la homosexualidad, transexualidad, drag queens, drag kings...etc) constituyen, precisamente, esas fugas de la normalidad: la anormalidad, que debe ser perseguida.
Sin embargo, el método por el cual se crea un género normalizado, es el mismo que se utiliza para la transgresión: la performance. Para entendernos, la puesta en escena. Ahí está la clave. Que las mujeres lleven falda, y los hombres pantalón, que unos sean "duros", y las otras, "blandas", no obedece a una cuestión "natural"; al contrario, es produco de la performance de género que constantemente interpretamos.
A mí, personalmente, me gustan los ataques a la identidad desde los extremos, más que desde la confluencia masculino-femenino. La hipermasculinización de la masculinidad, es su completa destrucción. Su reducción a mera prótesis. Dicho de otro modo: cojo la construcción social de la masculinidad, y me divierto -gozo- con ella llevándola al extremo: obreros, militares, policías han estado en mi punto de mira, no como ejemplos de una normalidad deseada, sino expresiones de una anormalidad excitante y, en cierto modo, monstruosa. Así, con esa apetencia de irrealidad que, según Lacan, está en el corazón de la sexualidad, los he convertido en objetos de deseo lúdico, sexual, emocional.
Con las mujeres, me pasa igual. Me parece fascinante la idea de una mujer que "necesita hacer de mujer", lo que demuestra claramente el carácter teatral del género.
Aquí dejo varios vídeos en los que la performance de género se hace desde a hipermasculinización, o hiperfeminización. Espero que los disfrutéis:
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7 comentarios:
El vídeo de la Pantoja es al que te refieres con la hipermasculinización, ¿no? Yo es que prefiero a la de Puerto Rico, la verdad.
Y esooo!
DaNieLo
en principio era la hiperfeminidad, pero es cierto que los extremos se tocan. El vello facial de Isabel es muestra de que lo géneros no son compartimientos estancos...
Me han gustado mucho los últimos comentarios. Los sentí muy cercanos. Todos se cuentan entre mis referentes. La historia con el chico marroquí (Juan Goytisolo, Señas de Identidad), follar mentes de Martin Hache y, por supuesto, cuando apelas a la autora central dle postfeminismo, la teoría queer y la revolución de lo subjetivo. Estoy viviendo en Madrid. Terminé la tesis en Málaga y me salió trabajo acá. Espero que te valgan estas referencias para reconocerme. Cómo va en el trabajo? TE pasaría el teléfono por aquí pero no me apetece que todo el mundo tenga el número del doctor. Yo tampoco tengo el tuyo. Lo perdí en una noche de borrachera en Shanghay. Un abrazo
Hola anónimo! Tengo tu teléfono (digo el número, ya que no he estado en "Shangay") de modo que te daré un toque para tomarnos un café. No sabía que venías por esta casa... me alegra saberlo!
Hacía mucho tiempo que no leía tu blog. Pero ayer se me vino a la cabeza y acabé disfrutando con la lectura. Ya te dije que lo prefería a esa web que se dice plural. Pégame un toque pronto, antes de que me vuelva a Málaga o me pille una post-doctoral en Calcuta.
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