martes, 12 de agosto de 2008

En el país del viento

He venido, como cada verano desde hace tres años, a la costa de Cádiz, a Vejer. Me acompañan en la expedición R., Nacho y su mujer, Sara. La casa que ocupamos -alquilada-, parece adentrarse, como una galería, en la ladera de la montaña por la que se extiende el pueblo, mientras que hacia el exterior se descuelga, en diversas alturas, con una fachada encalada en un blanco intensísimo. Así, el pueblo va formando en el aire una magnífica e irregular volumetría de figuras blancas que peinan el viento constante de Vejer.

Me alucina, como cada año, comprobar que el sol y el viento son los absolutos protagonistas de esta costa. El domingo, R y yo nos quedamos en la playa del Palmar, todo el día, hasta ver cómo el sol era engullido por el límite del océano. Al desaparecer la circunferencia del astro en el agua, durante los minutos mágicos que son la antesala de la noche, se mantienen, sobre las ondulaciones marinas, los rescoldos del naufragio solar, como islotes de fuego. El mar es, hacia la noche, un edredón de tornasoles, naranjas y violetas. Hay pocos espectáculos más bellos que esta silenciosa claudicación del día. R. y yo casi no dijimos nada hasta coger el coche y volver al pueblo.

Pero el viento, sigue. Noche, día, en la playa, en la plaza del pueblo. El viento es aquí la frontera móvil que crea este pequeño país: conecta calles, atraviesa las tierras del interior, planea sobre la arena rizando la mansedumbre de la orilla, empuja el plástico de las velas de los windsurfistas, languidece en las laderas de las montañas, para remontar en los riscos y golpear a la naturaleza, con la persistencia y la precisión de un escultor cósmico. El viento aquí azota, acaricia, golpea, sacude o, sencillamente, palpa todo cuanto tiene a su alrededor. Y nosotros, aquí, formamos parte de ese alrededor inconsciente.

Mañana nos volvemos a Málaga. Espero que tengáis buen verano.

3 comentarios:

Ernesto dijo...

No hay nada como esos silencios después de ver esa puesta de Sol. Es como si no se pudiese añadir nada más. Un saludo.

Kamosisa dijo...

Sólo piensas en la siguiente puesta de sol...

AnA dijo...

Cadiz bebe sol, dice la cancion popular.Echo de menos el viento de poniente y la arena desmenuzandose bajo mis pies.
Besos
A