Escribo estas líneas desde Niza, antes de que llegue el último día de nuestra estancia en la Costa Azul, que remataremos con el concierto de Madonna. Ha sido un viaje azul, muy azul. Esta costa casi sin playas, rocosa, ostentosa, que conjuga impresionantes villas privadas con horribles edificios mirando al mar, es un buen punto de fuga de la realidad que nos espera en España.
Cada ciudad tiene aquí un Casino; un Grand Hotel estilo bèlle epòque, o varios; cochazos deportivos correteando por las calles; un puerto deportivo y un promènade con lujosas tiendas de moda. Por las noches, suele haber fuegos artificiales. Conducimos un descapotable que hemos disfrutado a tope. Hemos conocido calas, pequeños pueblos costeros y ciudades famosas: Mónaco, Sanremo, Menton, Antibes, Eze, Cannes, y por fin, Niza. En la elegante Cannes, me he hecho una foto en el paseo de la fama, que prometo publicar, con mis manos sobre la losa donde puso las suyas Win Wenders, que ganó aquí la Palma de Oro con "París, Texas", en 1984.
R y yo hacemos una buena pareja de viaje (y de muchas otras cosas...): nos olvidamos de que, a los días azules, seguirán días grises, negros, amarillos o rojos. Nos olvidamos, pero no nos perdemos ni un matiz del azul de las mañanas, de las tardes, del mar, del verano.
Mañana veremos a la cometa americana en un gran estadio de fútbol.
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3 comentarios:
Que sepas que no me das ninguna envidia, yo la voy a ver en Sevilla jeje.
Te leo muy contento, me alegro :)
K y R, sois unos verdaderos bon-vivants! Yo hace unos años tenía el objetivo de que un desconocido rubio de acento britith-british me llevase en descapotable desde mi (ex-) gris Bruselas a Niza...pero se me cruzó la maraña maravillosa de rizos negros que conocéis. Mil besos.
Bueno, el concierto estuvo muy bien. Pronto publicaré algo. Ya estamos en Madrid. Saludos a todos.
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