jueves, 29 de mayo de 2008

Y si cambio de idea...

Fue la primera llamada nada más llegar a Madrid. Era él. Con su voz de adolescente prolongado. Era él. Con su inocente capacidad de destrucción. Él. Llamando.

Alguien le dijo que me venía a vivir. Y yo ya me había olvidado.

El alegre e inocente generador de tristeza. Me llamó.

Y nos vimos ese día. Y otro. Y cenamos, y salimos. Y está ahora en mi vida. Sin estar. Sin papeles. Estamos improvisando. Hacia ninguna parte, es cierto. Me prometí que lo iba a olvidar. Pero él sabe cómo evitar que lo olvide. Le basta con estar.

Él.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gusta la cancion.... y no la conocia.