jueves, 2 de octubre de 2008

Rosa Díez



No suelo hablar de política en este blog. Pero este blog habla de mi vida, y la política está en mi sangre.

Hoy, un diputado valiente le ha dicho a Rosa Díez lo que muchos ciudadanos, militantes, simpatizantes o sólo votantes del PSOE, piensan sobre ella.

Cuando una persona abandona un partido porque no comparte sus principios, no hay nada que objetar. Cuando, en lugar de abandonar el partido, sigue en él, ocupando su puesto de eurodiputada, uno de los mejor pagados de la política, a la vez que dice que el secretario general de su partido, y a la sazón Presidente del Gobierno, es un mentiroso que está entregando a España a los asesinos de ETA, es llana y sencillamente un tránsfuga. Del crédito, de la decencia, de la honradez. Ha traficado con los votos que varios millones ciudadanos, para vendérselos a la derecha, a El Mundo, al ABC, a la COPE, a Telemadrid, que tanto negocio han hecho con sus opiniones.

En este preclaro vídeo, Rosa Díez pide "protección" porque dice que su persona está siendo "atacada". Tal vez, ignora, el sentido de la palabra "atacar": ella no se ha oído a sí misma en las tertulias de Telemadrid, o de cualquier emisora de la derecha, donde la invitaban con gran frecuencia, decir todo tipo de barbaridades de Zapatero y del PSOE. ¿Alguien pidió protección frente a sus calumnias?

Hay más. ¿Recuerda la ardorosa defensora de la unidad de España, Rosa Díez, sus años de consejera en un Gobierno en coalición con el PNV? ¿Qué crédito tiene esta mujer?

Cuando perdió el Congreso frente a Zapatero, y su amigo Nicolás Redondo perdió el suyo en el País Vasco, Rosa Díez no aceptó democráticamente el resultado, y comenzó una campaña de agitación e insultos, en público, utilizando todos los altavoces a su alcance y aprovechándose de la figura pública de Fernando Savater.

Rosa Díez es una oportunista de la política. Una demagoga del dolor ajeno. Una traficante de principios.

Hoy José Andrés Torres Mora le ha dicho, con sinceridad y contención, lo que muchos socialistas honrados, y tal vez para ser honrado baste ser un ciudadano decente, pensamos.

3 comentarios:

Ernesto dijo...

Bravo por el Torres Mora. Ya era hora de que alguien pusiese a esta mujer en el lugar que se merece. Y lo que me ha gustado más ha sido lo de Alfonso Guerra. ¡No hay opinión que valga! Si es que no se puede añadir más.

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón. Una cosa es la discrepancia, legítima siempre, y otra es buscar la notoriedad y el cargo por encima de cualquier cosa.

BEING BORING

Kamosisa dijo...

Rosa Díez no ha discrepado. Discrepar es una noble función de la política, alejada de la demagogia y la irracionalidad. Se discrepa desde el respeto, desde la razón. No desde la calumnia y el insulto. No desde la traición. Se discrepa con un amigo, con un familiar. Cuando tratas a estas personas como enemigos, no discrepas. Las atacas. Un abrazo a los dos!