Salí a caminar por calles pavimentadas con oro. Levanté aquellos adoquines, y vi la piel y los huesos de una ciudad sin alma. Salí a caminar bajo un cielo atómico, desprovisto de suelo y con una lluvia que quemaba como las lágrimas cuando te digo adiós.
Era un vagabundo.
Salí sin nada, no tenía nada, nada salvo tú en mi pensamiento.
Caminé a la deriva, por capitales de hojalata, donde los hombres no pueden caminar ni hablar en libertad.
Salí sin nada, sólo tenía la esperanza de encontrarte allí.
Era un vagabundo.
Vagabundo como la voz de estaño de Johnny Cash cuando susurra su desesperación, y también su esperanza.
Hace años, algunos años ya, esta canción era un himno en mi pandilla de colegas del instituto. Sin comprenderla muy bien, sentíamos que encerraba los misterios de la adolescencia, la poética búsqueda errática de la felicidad y el amor, el reverso rebelde frente al mundo. En la voz de Johnny Cash vibraba para nosotros esa terca masculinidad desesperada con la cual tanto nos identificábamos. Hoy recordé la canción.
sábado, 23 de junio de 2007
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1 comentario:
Cash Flow para mi corazón..este post
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