Sí, diré que últimamente, como Laura Branigan, vivo entre criaturas de la noche.
Además, en los últimos tiempos estoy descubriendo la relación entre la política y el canapé. De hecho, se trata de la política del canapé.
El finde pasado estuve en la inauguración de una exposición de muñecos diabólicos. Aquello era una versión culturera del camarote de los Hermanos Marx, y entre tanto marxista, tuve que improvisar un pequeño Comité de Asalto Rápido de Canapés y Copas (a partir de ahora, CARCCS) con mis discípulos los becarios. Toda una quintacolumna con una misión clara: comer más que el concejal o consejero de turno. Estudiamos los itinerarios de los camatas, trazamos planes de abordaje lateral. Mi primera operación militar fue un éxito.
Sedición, sedición!
La semana vuela rauda hacia el día de ayer, que desemboca en un acto surrealista en el hotel Larios, un acto pro-estatuto (que no prostituto, ¿o sí?) que presenta la gata con su glamour habitual y que termina con un buen puñado de cargos institucionales midiendo su ego con los periodistas en la copa posterior. Y entre tanto ego provincial, aparece, surge, emerge, seguida de un séquito de jóvenes nereidas, la vacuna: la mismísima Carmen Sevilla, casi oculta tras unas gafas Gucci que le cubrían desde la frente hasta la barbilla. Se hospedaba en el hotel, y cuando irrumpe, trastoca las ansias de protagonismo de todos y todas!
Y del Estatuto 2007, al Estudio 54. Por la noche tuvo lugar el fiestón que se daba con motivo del cumpleaños acuario de varios jefes de prensa y publicistas de aquí, y que duró hasta las 3 aproximadamente. Es alucinante que la gente se tome tan en serio la frivolidad. Aquello estaba lleno de cientos de habituales gafapásticos y criaturas de la cultura local reconvertidos en Juantes Travoltas. Chicas monas y algún tío bastante potente... (con novio, como en la canción de Mecano). B viene con su último ciberligue de Madrid (es la única pega que tiene), que la gata y yo aprovamos con nota. Y se van pronto a convertir lo virtual en real.
Y el kamosisa y la gata, a two candles, indewin.
Porque allí nos quedamos la gata y yo (ella disfrutando su protagonismo mediático del día), en el centro de la pista, bailando como posesos antiguallas deliciosas como Rick Astley, Baltimora, Cindy Lauper, Franky Goes to Hollywood y demás. Y a la salida, debatiendo si los 80 fue una década lúdica y los 90 nihilista, o esa teoría histórica era una solemne chorrada de dos filósofos llenos de purpurina. Y eso que se suponía que el tema iba de los 70... Seguiremos informando.
sábado, 17 de febrero de 2007
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3 comentarios:
No me acordaba de lo de two candles!!!!jajajaja...después de la lección de japonés que nos hemos metido hoy!
Jeje hemos tenido un día un poco wok...
Keki anoche no podía dormir. Las 4 de la mañana y sin pegar ojo!En mi Iwo Jima particular
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