Mañana, un nuevo mini-viaje de 5 estrellas a Sotogrande. Libros, estudios, gafas de sol, zumos, cenas, cines y cigarros.
En cualquier caso, Madrid impone una fortísima tensión centrífuga que nos lleva a salir a cada poco fuera de esta atmósfera, y buscar nuevos ámbitos donde la gravedad sea menos fuerte.
Espacios no contaminados, ingrávidos, exteriores, leves, distantes, donde casi nada parece tener importancia, y el tiempo no se fuga como los caballos sobre una colina. Años después, cuando se abran las cajas negras, veremos qué ocupó más sitio en nuestra felicidad, si Madrid o su periferia. Hasta el lunes.
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